Visita un parque, pasa un rato observando como juegan, como son felices jugando a cualquier cosa y lo más importante, sin ninguna preocupación, y los padres aún más, viendo a sus hijos corretear y jugar con otros niños. Aunque tengan que vigilarlos, es relajante y te hace olvidar por unos instantes todos los problemas.
¿A quién no le gustaría ser otra vez un niño?